La unidad del Reino de España obliga constitucionalmente al Rey
No sólo el artículo 99 referente a la propuesta de candidato a presidir el Gobierno de España debe ser respetado por el Rey sino que toda la Constitución le obliga. Él lo sabe porque conoce -mucho mejor que usted y que yo- cuáles son sus derechos y sus obligaciones. Los conoce mejor que Alberto Núñez Feijoo y Pedro Sánchez y desde luego mejor que sus socios actuales independentistas. También especialmente en estos momentos que llega la hora de sopesar el candidato idóneo, dónde no es suficiente sólo el posible número de apoyos sino la calidad institucional y constitucional de los mismos.
El artículo 99 indicado dice en su apartado 1:
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Después de cada renovación del Congreso de los Diputados, y en los demás supuestos constitucionales en que así proceda, el Rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno.
Y el artículo 56, principal en el Título II. De la Corona, dice:
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El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes.
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Su título es el de Rey de España y podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona.
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