Eugenio Domingo Solans, en el prólogo al libro Economía a vuelapluma, puso por escrito esta confidencia personal:

Me contaba mi padre que Von Mises decía a sus amigos que para saber economía debían también estudiar sociología, psicología, matemáticas, derecho y demás disciplinas relacionadas. Uno de sus alumnos le replicó: “No pretenderá Ud. que yo me ponga a estudiar todas estas ciencias, cuando lo que quiero es ser economista”. A lo que el maestro austriaco contestó: “Claro que no, siempre que Ud. no pretenda ser un buen economista”.[1]

 

[1]   Eugenio Domingo Solans. Prólogo al libro de José Juan Franch, Economía a vuelapluma. Madrid, Ediciones Eilea, 1996, p. 19

Es el terreno fecundo donde germinan las semillas de la libertad

La propiedad privada constituye, pues, la base de toda actividad individual independiente; es el terreno fecundo donde germinan las semillas de la libertad, donde echa raíces la autonomía personal y donde se genera todo progreso, tanto espiritual como material.  Ludwig Von Mises. Sobre Liberalismo y Capitalismo, Nueva Biblioteca de la Libertad, 10,  Madrid, Unión Editorial,… Seguir leyendo Es el terreno fecundo donde germinan las semillas de la libertad

La riqueza del hombre occidental

La riqueza del hombre occidental constituye un fenómeno único y nuevo. A través de los últimos siglos se ha liberado de los grilletes de un mundo dominado por la mayor pobreza y hambres periódicas y ha alcanzado una calidad de vida a la que sólo es posible acceder mediante una relativa abundancia. El presente trabajo… Seguir leyendo La riqueza del hombre occidental

Y en esto se ve claramente que ningún buen fin de los tres ni aun mantenerse tienen por principal el día de hoy los tratantes, si no éste, que es enriquecer (cosa que jamás podrán cumplidamente alcanzar) en que dado tengan ya con que puedan bien pasar, no se recogen ni se ponen en orden, antes con la posibilidad en que se ven,(…) Y los que tuvieren puesto su corazón en adquirir riquezas (y tienenlo casi todos según parece) a ningunas escuelas irán aunque sean las de Atenas de gentiles, do no salgan condenados: cuanto más a las católicas de Cristianos.(…) si quieren ir adelante en el camino del cielo, y pretendan con su arte conservar su caudal, si lo tienen, o ganar si no lo tienen, de qué se puedan mantener y poner en estado sus hijos y hijas según su estado y condición. Intención que como dice se conoce, y percibe en el contento y quietud, o en la solicitud y congoja de la vida y trato.
Suma de Tratos y Contratos, Madrid, Editora Nacional, 1975, [118], p. 144.

FILÓSOFOS Y ECONOMISTAS

Muchos de los grandes economistas de hace más de cien años, Adam Smith, Bentham, John Stuart Mill, Sidwick y otros, eran a su vez filósofos. Hoy en día pocos o ninguno lo somos. Como mucho, se reconoce ese vacio en nuestra formación y se trata de llenarlo, como hace Hayek: «Aun cuando continúo pensando que principalmente soy economista, he llegado a la conclusión, para mí cada vez más evidente, de que las respuestas a muchos de los acuciantes problemas sociales de nuestro tiempo encuentran, sin duda, su base de sustentación en principios que caen fuera del campo de la técnica económica o de cualquier otra disciplina aislada».

La teoría del valor ocupaba entre lo clásicos un lugar prominente y tanto sus aciertos como sus errores tuvieron una influencia definitiva sobre la actividad económica práctica. Hoy en día apenas se reflexiona sobre estos problemas. Soy testigo de la dificultades para encontrar bibliografía actual sobre estos temas. Es más fácil encontrar filósofos que se inmiscuyan en el campo económico -a veces con notable ingenuidad- que economistas que estudien los problemas básicos de su materia con cierta perspectiva filosófica.

Hablando del beneficio, los salmantinos dicen que si ha sido logrado sin fraude o coacción, en un mercado libre, es totalmente legítimo, cualquiera que sea su importe, pero su bondad queda dañada si ha sido obtenido con actividades moralmente malas, contrarias al bien común, o ha sido perseguido, con intencionalidad torcida, a toda costa, a cualquier precio, empleando procedimientos que repugnan a la dignidad de la persona humana.

Rafael Termes Carreró, Humanismo y ética para el mercado europeo”,en  Europa, ¿mercado o comunidad? De la Escuela de Salamanca a la Europa del futuro. Publicaciones Universidad Pontificia, Salamanca, 1999, p. 36